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Crisis en las Democracias: El Fenómeno de la Inseguridad en Ecuador

En las últimas décadas, América Latina ha experimentado avances democráticos significativos, con la consolidación de instituciones políticas y la participación de la ciudadanía en elecciones periódicas incluyendo la paridad como mecanismo de reivindicación de las mujeres y las diversidades. Sin embargo, este progreso se ha visto amenazado por la creciente inseguridad, el crimen organizado y la violencia, fenómenos que han socavado la gobernabilidad y los principios democráticos en varios países de la región. Ecuador, un país que ha vivido un proceso de democratización desde los años 80, no ha sido inmune a esta realidad. La inseguridad ha generado una crisis en la democracia ecuatoriana, debilitando la confianza en las instituciones y limitando la participación ciudadana. Este blog explora cómo la inseguridad ha afectado a la democracia en Ecuador y América Latina, y qué medidas podrían tomarse para revertir esta tendencia. Inseguridad: Un fenómeno creciente en Ecuador Ecuador ha experimentado un incremento significativo en los niveles de inseguridad en los últimos años, especialmente en la región costera de Guayas, que alberga a la ciudad de Guayaquil. Según el Ministerio del Interior, en 2023 se registraron más de 3,500 homicidios en el país, un aumento de casi el 50% respecto al año anterior (Ministerio del Interior, 2023). Este crecimiento de la violencia ha sido atribuido en gran parte al narcotráfico y al crimen organizado, que utilizan a Ecuador como un punto clave en las rutas de tráfico de drogas desde Sudamérica hacia los mercados internacionales. La inseguridad no solo ha incrementado las tasas de homicidios, sino que también ha afectado otros aspectos de la vida cotidiana de los ciudadanos y en este contexto, las comunidades más vulnerables se encuentran en una situación de creciente indefensión, lo que genera una percepción generalizada de que el Estado ha perdido el control sobre la seguridad pública (Salazar, 2022). La relación entre inseguridad y la crisis democrática El aumento de la inseguridad tiene implicaciones profundas para la democracia en Ecuador. Según el Latinobarómetro (2021), uno de los factores que más incide en la insatisfacción con la democracia en América Latina es la percepción de inseguridad. En Ecuador, solo el 30% de los ciudadanos expresó confianza en las instituciones democráticas en 2021, un nivel alarmantemente bajo para un país que, hasta hace poco, era considerado un ejemplo de estabilidad política en la región (Corporación Latinobarómetro, 2021). La inseguridad afecta la democracia de varias maneras. En primer lugar, limita la capacidad de la ciudadanía para participar activamente en la vida política. El miedo a la violencia restringe la movilidad y disuade a las personas de asistir a manifestaciones, reuniones políticas y otros eventos públicos. Además, el incremento de la violencia ha llevado a un aumento de la militarización y las políticas de “mano dura”, lo que en ocasiones ha derivado en abusos de poder y violaciones a los derechos humanos (CEPAL, 2022). En segundo lugar, la inseguridad contribuye a la erosión de la confianza en las instituciones democráticas cuestionando hasta qué punto podemos continuar llamándonos Estado-Nación en un país donde llevamos más de un año en Estado de excepción y donde constantemente se quiebra el orden de la cultura de la legalidad e integridad. Cuando el Estado es percibido como incapaz de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, aumenta el riesgo de que sectores de la población busquen soluciones autoritarias para resolver el problema. Esta tendencia ha sido observada en varios países de la región, donde el descontento con la democracia ha llevado al ascenso de líderes populistas que prometen mano dura contra el crimen, a menudo a costa de los derechos fundamentales (Levitsky & Ziblatt, 2018). El impacto del crimen organizado en las instituciones democráticas El crimen organizado es otro de los factores que ha exacerbado la crisis de inseguridad y democracia en Ecuador. Las organizaciones delictivas no solo ejercen control sobre territorios específicos, sino que también corrompen las instituciones estatales a través del soborno y la cooptación. Según Transparencia Internacional (2022), el crimen organizado ha infiltrado sectores clave del aparato estatal en Ecuador, incluyendo a la policía y al sistema judicial, lo que ha debilitado el estado de derecho y la credibilidad de las instituciones democráticas. En este contexto, la violencia política se ha convertido en una amenaza creciente. Durante las elecciones locales de 2023, varios candidatos fueron asesinados en medio de la campaña electoral, en lo que se interpretó como una advertencia de las organizaciones criminales hacia aquellos que no cooperaban con sus intereses (El Universo, 2023). La violencia política es un síntoma de la descomposición del sistema democrático y refleja cómo la inseguridad puede ser utilizada como una herramienta para socavar el proceso electoral y restringir la competencia política. Actualmente podemos observar cómo la violencia política ya no es solo basado en género; sin embargo, este sigue siendo un factor importante de considerar para establecer un sistema de prevención y protección efectivo. Datos sobre jóvenes y democracia y desigualdad: Soluciones para fortalecer la democracia frente a la inseguridad Frente a este panorama, es fundamental implementar una serie de reformas para abordar tanto la inseguridad como la crisis democrática. En primer lugar, se debe fortalecer el Estado de derecho(s) mediante una reforma profunda de los procesos organizacionales porque las reformas judiciales o normativas no son suficientes cuando la corrupción está enraizada como cultura organizacional, cuando no se cuentan con mecanismos efectivos de evaluación de procesos y cuando el proceso en sí mismo es corruptible porque carece de tecnicismos para la prevención de la corrupción. En segundo lugar, es esencial promover políticas de seguridad ciudadana con base en los principios de seguridad humana debido a que no estamos en un estado inicial de inseguridad sino que vivimos una captación de la paz y las democracias. Estas políticas no deben centrarse exclusivamente en la militarización, sino que también aborden las causas estructurales de la violencia y en las responsabilidades en el ámbito social. Esto incluye invertir en educación, salud y empleo, especialmente en las comunidades más vulnerables al crimen organizado. El enfoque preventivo ha demostrado ser

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Rostros y ojos digitales: ¿El futuro de la identificación o una amenaza a la privacidad?

El uso de tecnologías biométricas como el escaneo facial y del iris es cada vez más frecuente en el ámbito de la seguridad digital debido a su confiabilidad y facilidad de uso. El artículo está diseñado para proporcionar una explicación sencilla y técnica de los conceptos fundamentales, beneficios, riesgos, cuestiones legales, implicaciones éticas en Ecuador, con un enfoque en las y los ciudadanos. ¿Qué hacen los escáneres de rostro y iris? La identificación biométrica implica el uso de reconocimiento facial y reconocimiento de iris para identificar los atributos físicos de una persona.La estructura facial, incluida la distancia entre los ojos y la forma de la nariz y la mandíbula, se utiliza en un escaneo facial para identificar a una persona. Se emplea en dispositivos móviles, sistemas de seguridad y control de acceso.El escaneo del iris es el proceso de capturar una fotografía del patrón del iris, que es notablemente consistente y único para cada persona a lo largo de su vida. Los sistemas de reconocimiento de iris escanean esta parte del ojo y crean un código digital único para cada persona. Encuentra aplicación en aeropuertos, establecimientos de alta seguridad y teléfonos inteligentes selectos. ¿Tu rostro, tu nueva contraseña? Imagínese si su cara fuera una huella digital, una llave maestra que abre todas las puertas. Aunque pueda parecer una película de ciencia ficción, la tecnología detrás del reconocimiento facial está avanzando rápidamente en nuestras interacciones diarias.Al igual que una huella digital es un patrón único en cada persona, nuestro rostro también posee características distintivas que nos hacen únicos. El reconocimiento facial es una tecnología que utiliza software para analizar estas características y compararlas con una base de datos de imágenes. Es como si tuvieras una foto carnet gigante donde se comparan millones de rostros.Beneficios de las Tecnologías BiométricasLas funciones biométricas son difíciles de falsificar y proporcionan una capa adicional de seguridad. No es necesario recordar contraseñas de ni llevar tarjetas de acceso, lo que facilita el uso diario. Permite una autenticación rápida y precisa, mejorando la eficiencia de diversos procesos. Personas que no cuentan con documentos de identificación o tienen dificultades para recordar contraseñas pueden beneficiarse de estas tecnologías. A propósito de Worldcoin… Esta compañía abrió en Ecuador oficinas en varias ciudades, entre ellas, en Guayaquil. Cientos de personas hicieron columna por varias horas para que su iris sea escaneado a cambio de una wallet con criptomonedas.Worldcoin es un proyecto de criptomoneda biométrica global con reconocimiento de iris desarrollado por Tools for Humanity, con sede en San Francisco y Berlín. Fue fundada en 2019 por el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman junto a Max Novendstern y Alex Blania, cuenta con el respaldo de Andreessen Horowitz un inversionista en capitales de riesgo.Según MIT Technology Review esta empresa se aprovecha de personas empobrecidas para hacer crecer su red, además del desconocimiento en temas de tecnología, es por esto que sus prácticas se han desarrollado en países de bajos ingresos.En el 2023 piratas informáticos robaron credenciales de acceso de inicio de sesión de varios de los dispositivos personales de operadores de Worldcoin, incluidas las de la aplicación del operador de Worldcoin. Un portavoz de la compañía dijo que ningún dato personal del usuario se vio comprometido, porque la aplicación del operador no accede a los datos del usuario. Riesgos del Escaneo del Iris: Una Mirada Detallada Entre los riesgos a la privacidad que puede acarrear el escaneo de iris, tenemos: ¿Qué pasa en Ecuador? Ecuador cuenta con la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales, la cual establece un marco normativo para garantizar el derecho a la privacidad y proteger los datos personales de las personas naturales. Esta ley establece principios como la finalidad, la calidad, la libertad, la seguridad y la confidencialidad de los datos.Un punto crucial en esta actividad es el consentimiento que otorgan los usuarios al permitir el escaneo de su iris y si cumple con los requisitos de la ley ecuatoriana. ¿Se les informa de manera clara y completa sobre los fines del tratamiento de sus datos? ¿Tienen la libertad de negarse sin sufrir consecuencias?La ley ecuatoriana exige que los datos personales sean tratados con medidas de seguridad adecuadas para garantizar su integridad y confidencialidad. La ley también establece que los datos personales deben ser tratados para fines lícitos, explícitos y legítimos. ¿Cuál es la finalidad real de Worldcoin al recolectar datos biométricos? ¿Se limita a la creación de una identidad digital universal o existen otros usos previstos? Si los datos biométricos son transferidos a servidores ubicados fuera de Ecuador, se deben cumplir con los requisitos establecidos en la ley para garantizar la protección de los derechos de los titulares de los datos. ¿Cómo garantiza Worldcoin la seguridad de los datos biométricos recolectados? ¿Qué medidas tiene implementadas para prevenir accesos no autorizados o filtraciones?La Superintendencia de Protección de Datos de Ecuador tiene la responsabilidad de vigilar el cumplimiento de la ley, el único detalle es que aún no está conformada.DesafíosLa normativa relacionada con las tecnologías biométricas está cambiando en Ecuador. La Ley Orgánica de Protección de Datos Personales aborda algunos aspectos de la recolección y uso de datos biométricos, pero todavía hay vacíos legales y dificultades para implementarla. Desde un punto de vista ético, el uso de biometría plantea interrogantes sobre la supervisión y el control. Es fundamental garantizar que estas tecnologías se utilicen de manera transparente y justa, respetando los derechos de todos y evitando la discriminación o el sesgo. El escaneo del rostro y del iris ofrece beneficios significativos en términos de seguridad y conveniencia, lo que representa un avance significativo en la seguridad digital. Sin embargo, para garantizar un uso justo y responsable, es esencial abordar los desafíos legales y éticos asociados. La implementación de estas tecnologías en Ecuador tiene como objetivo mejorar la seguridad y eficacia en varios sectores, sin embargo, es necesario que se acompañe de un marco legal sólido y una buena conciencia pública de sus consecuencias.

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diaspora venezolana
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Diáspora venezolana

Por José Antonio Sánchez Gordon Las últimas elecciones en Venezuela, han generado un ambiente de incertidumbre, ira y desesperanza entre la población. El proceso electoral, ampliamente cuestionado por la comunidad internacional y por sectores de la oposición interna, ha reforzado la percepción de que el gobierno continúa consolidando su poder a expensas de la democracia. Esto ha derivado en el incremento de la desconfianza sobre el funcionamiento de las instituciones democráticas ratificando al mundo la presencia de un Estado autoritario y demagogo. La falta de transparencia y las denuncias de fraude electoral, los abusos de poder, el hermetismo evidente frente a la transparencia y el uso del terror como un recurso desde el Estado han erosionado aún más la fe ciudadana sobre la posibilidad de un retorno pacífico hacia la democracia, profundizando la crisis política, económica y humanitaria que enfrenta el país. La forma de consolidación del poder por parte del gobierno venezolano podría desencadenar una nueva ola migratoria, exacerbando la ya grave crisis humanitaria en la región. Muchos ciudadanos venezolanos, quienes enfrentan una economía en colapso, escasez de alimentos y medicinas, y una represión política creciente que vuelven a colocar a la migración como su única opción viable y segura. Esto podría incrementar los retos de los países vecinos que ya acogen a millones de ciudadanos venezolanos debido a la necesidad de garantizar su acceso a los sistemas de salud, educación y servicios sociales que en muchos casos ya son insuficientes para los propios nacionales. Consecuentemente, la región enfrenta retos significativos en términos de integración y manejo de la crisis migratoria. La llegada masiva de personas venezolanos requiere de una coordinación regional más efectiva para proporcionar asistencia humanitaria y asegurar la integración socioeconómica de los migrantes. Los países de acogida necesitan políticas inclusivas que partan desde el enfoque de derechos humanos y que faciliten el acceso al empleo, educación y servicios de salud, mientras se mitiga la xenofobia desde la sensibilización a las poblaciones locales. Sin embargo, es crucial fortalecer los mecanismos de cooperación regional y buscar soluciones diplomáticas para abordar las causas fundamentales de la crisis en Venezuela y prevenir la naturalización del autoritarismo y el uso desmedido del poder en el mundo. El uso abusivo del autoritarismo sobre las instituciones de la democracia impacta profundamente en la vida de las personas al restringir sus derechos fundamentales y limitar sus libertades individuales sembrando la desesperanza entre la ciudadanía. En este caso, la consolidación del poder a través del autoritarismo y el terror no solo socavan la democracia, sino que también perpetúa la crisis humanitaria y política, dejando a la población en un estado de vulnerabilidad extrema y sin perspectivas claras de un futuro mejor. Nuestra solidaridad siempre del lado de la verdad, la democracia participativa, el pueblo venezolano, los pueblos migrantes.

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Imagina ser migrante

Por: Bernardo Gortaire  Morejón Quiero que pienses por un par de minutos en lo que implica ser migrante. No te pido que abraces mi pensamiento, no te voy a negar tu derecho a pensar diferente. Pero regálame un poco de tu comprensión, al menos mientras lees estas palabras. Imagina que naciste en un lugar por un accidente geográfico. Tus padres vivían en un territorio y desde entonces fuiste “ciudadano” de ese lugar. No me voy a meter en discusiones legales sobre el derecho por sangre. Simplemente pensemos que, por cosas del destino tú naciste en un país y desde entonces estuviste obligado a amarlo, a admirarlo, y a ser parte integra de ese país. Ahora piensa que ese país a ti no te ama, no te admira, no te considera parte integra. Es más, constantemente te priva de tus derechos, te niega tu bienestar, e incluso abusa de ti. Tú sabes que te mereces más o, al menos, que puedes hacer más para lograr merecerlo. También sabes que, sin importar lo que hagas, tu país, ese que por accidente se te asignó al nacer, no te va a dar la oportunidad, incluso te pueden pasar cosas que te impidan siquiera intentarlo. Entonces decides buscar un lugar más acogedor. Apelas a construir el futuro que mereces, tu trabajo se vuelve la semilla de que algún día puedas sentirte en paz; la recompensa de haberlo dejado todo atrás. Extrañas a tu familia, a tus amigos, lo que te hacia ser parte de algo. Hasta los sabores se vuelven extraños. La forma en la que hablas puede incomodar; tu música llegar a molestar. Eres quien eras, pero, al mismo tiempo, dejas de serlo. Vives lo que otros no, y pocos pueden comprender lo que es vivir en tu lugar. Incluso si te encuentras con tus compatriotas, esos que vivieron el mismo accidente geográfico, y que optaron por seguir la misma ruta que tú, nunca lograrán entender tu realidad. Aunque en ellos encuentras un refugio en el anhelo, en esa búsqueda de no olvidar colores, aromas, sabores y sonidos. También en la esperanza de lograr juntos el futuro que no lograron tener en su país. Todo se vuelve un gran depende. Todos tienen una historia distinta. Los derechos vuelven al simbólico escenario del papel y el buen ánimo de la “autoridad” de hacerlos respetar. Claro, tu nuevo país puede llenarse de discursos sobre lo “respetuosos” que son de ley, lo “ejemplares” que son frente al respeto de derechos, y sobre cómo lideran y defienden la “libertad”. Pero tú sabes que no siempre es tan cierto. Depende, claro que depende. Algunos te exigirán que te acostumbres, que te aguantes, que demuestres que eres digno de integrarte a ese nuevo país. Tus costumbres y tu cultura serán puestos a prueba, muchas veces vistos como amenaza. Incluso si perteneces al estrato que era defensor de las buenas costumbres y de la cultura en tu país de origen. Pero la mirada desconfiada, el dedo que apunta y el miedo al rechazo, o peor aún a ser obligado a regresar a la que otros dicen que es tu patria nunca falta. Y claro, siempre ha sido así. El extraño siempre genera desconfianza y es un invitado a la hoguera hasta que demuestre que es merecedor de su calor. Y aún así, aunque algo siempre haya ocurrido, no deja de ser incómodo, no deja de ser doloroso, no deja de ser injusto. Que una persona sea menos que otra solo por el color del pasaporte es algo que conviene solo a unos pocos. Podremos inventarnos algunos números y algunos gráficos, al antojo de justificar lo que queremos creer, la batalla puede ser larga y aburrida. Hasta el punto en el que esos números y gráficos lleguen a manos de personas que no los entiendan, pero que los usen como excusa para lo que ellos mismos quieran creer. Quiero que piensen un par de minutos como un migrante. Sobre todo, como aquellos que aun estando lejos siguen enviando sus recursos a ese país que los rechazó, muchas veces no solo por su familia, sino porque aman a ese territorio, porque lo creen propio, porque hay algún papel o cuadernillo al que se llama pasaporte en algún cajón que dice, o supuestamente dice, que tienes algo que es tuyo en otro lugar. También te dice que, aunque estés lejos, tienes derecho a reclamar para que las cosas se hagan bien, porque hay una parte de ti que dice “si las cosas mejoran podemos volver”. Y, sin embargo, sabes que para la gran mayoría no hay retorno. Porque los que controlan ese país, que te cerró las puertas, que te negó el abrigo, que se esfuerza en expulsar a tus amigos y familiares, existe para otros y no para ti. Muchos le tienen miedo, porque saben que donde están no son bienvenidos, que cualquier momento a alguien se le ocurre recordarte lo extranjero que eres, que no perteneces ahí, que tu trabajo no es tuyo, sino que se lo robaste a alguien. Muchos se quedan callados por eso. El silencio es muchas veces el hogar del migrante. Tal vez ese migrante, por experiencia o por mérito propio, sabe cómo solucionar algún problema, ve con angustia que lo que en su patria falló se está repitiendo, pero no debe hablar, porque hablar es un riesgo. “Y si no te gusta, vuelve y cambia en tu propio país no has cambiado”, pero ¿Cómo? ¿Cómo cambias lo que no te dejaron cambiar? Entonces te callas, porque callarse está bien visto en un extranjero. Ser humano es hablar, es decir lo que no nos gusta. A los animales se les niega el reclamo ¿Y a los humanos? También. Tal vez así se nos recuerda que no dejamos de ser animales. Nos esforzamos en hablar de civilización, de la cultura, de la sociedad y luego, aunque de forma compleja, volvemos a actuar como manada. El migrante no es parte de la manada, entonces no puede hacer uso

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8M Ecuador: NIÑAS, ADOLESCENTES Y MUJERES SIEMPRE EN PELIGRO

Ante los acontecimientos que han sacudido la integridad y la democracia en nuestro país, alzamos nuestra voz enérgicamente contra la violencia de género que atraviesa lo personal y social. Que destruye el tejido y la idea de comunidad. Sostenemos que es inadmisible continuar siendo testigos de actos que atentan contra la dignidad y los derechos fundamentales de las personas, en especial de las infancias. RADIOGRAFÍA DE VIOLENCIA BASADA EN GÉNERO: Niñas (infancias): Mujeres en todas sus diversidades: Violencia política: Cada acto de violencia política, ya sea directo o indirecto, mina la confianza en nuestras instituciones y socava la participación ciudadana en el proceso democrático. Debemos reafirmar nuestro compromiso con los valores de la democracia, la justicia y el respeto por los derechos humanos, y exigir que quienes ocupan cargos de liderazgo actúen con integridad y responsabilidad. Es imperativo que las autoridades competentes investiguen a fondo estos crímenes y que se aplique la justicia de manera transparente y equitativa. Además, es necesario implementar medidas efectivas para prevenir y erradicar la violencia política, incluyendo la promoción de una cultura de diálogo y tolerancia, así como la protección adecuada de los defensores de los derechos humanos y los líderes comunitarios. Solo a través del compromiso activo y la solidaridad colectiva podemos construir una sociedad donde la violencia política sea un triste recuerdo del pasado y donde todas las personas puedan participar libremente en la vida política y social sin temor a represalias. Es hora de unirnos en contra de la violencia y trabajar juntos para construir un futuro más justo y pacífico para todos. Violencia estructural: Si observamos los datos que han sido extraídos de la página de la Fundación Aldea -quienes hacen un trabajo arduo para visibilizar las violencias sobre los cuerpos feminizados y de las infancias-, son solo ejemplos porque reconocemos y denunciamos que siempre existirá un sub registro al no contar con una sistematización nacional de las desapariciones y delitos en materia de género, luego, porque es casi imposible acceder al sistema de justicia. El acceso a la justicia es cada vez más inhumano y para sostener un proceso legal  se necesitan recursos financieros, pero también “sociales” para generar incidencia en la rapidez de los casos. Sobre la violencia política, es importante destacar que la discriminación y la intimidación dentro de la esfera política no solo vulneran los derechos de las personas involucradas, sino que también debilitan la institucionalidad democrática y el funcionamiento adecuado del Estado. Nuestro compromiso con la justicia, la igualdad y los cuidados nos impulsa a actuar, a levantar la voz y a trabajar incansablemente por un futuro más justo, seguro y empático. Con estos datos, una vez más hacemos un llamado a quienes quieran ser parte de la reconstrucción social, de la unificación del tejido social, de la erradicación de las violencias y de ejercer la vida desde cada espacio con #TernuraRadical.

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Un año de guerras, precariedad y miedo

Por Silvana Tapia Tapia1 1 PhD en Estudios Sociojurídicos. Becaria de investigación del Leverhulme Trust en la Escuela de derecho de la Universidad de Birmingham, Reino Unido. Intentar hacer un balance del 2023, desde una perspectiva feminista anticolonial, frente a la violencia extrema que hemos atestiguado en Ecuador y en todo el mundo, es doloroso. La urgencia y las encrucijadas a las que nos arroja la guerra —entre pueblos, entre estados, entre el poder legal e ilegal— desplazan temas fundamentales, como la implacable (aunque evitable) crisis climática. A corto, mediano y largo plazo, este problema fundamental afectará de forma diferenciada a las mujeres más excluidas.Además de la violencia sufrida directamente por quienes viven en sus cuerpos la guerra, el despojo y el exterminio —nuevamente, de forma desproporcionada, las mujeres y otras personas subalternizadas—, hemos sentido una ola de censura que promueve la normalización del pensamiento conservador. Expresiones de solidaridad con Palestina, por ejemplo, han sido acalladas incluso en centros académicos cuya carta de presentación ha sido el pensamiento crítico y la inclusión.En medio de todo, para la ciudadanía es difícil discernir y tomar partido debido a las ráfagas de información caótica que llegan a través de redes sociales, prensa comercial, grupos de mensajería y archivos de imagen alterados una y mil veces. Esto causa rupturas que nos privan de la posibilidad de vivir en una realidad común: una cosa es tener opiniones distintas frente a los mismos hechos y otra es vivir en burbujas incomunicadas donde, dentro de una, lo que se asume como cierto es irreconciliable con lo de la otra. Algunas de esas burbujas son trinchera de ideologías violentas, como la de los “incels” (hombres que perpetúan la misoginia) y otros grupos que promueven el odio y pagan publicidad en redes para alimentar sus cámaras de eco. El modelo de negocio de las plataformas que dependen de nuestra permanencia en ellas sobrevive a través de la perpetuación de la violencia y nuestro sesgo de confirmación.Estas fragmentaciones se pueden profundizar más a futuro, con el fortalecimiento de las capacidades de la inteligencia artificial (IA). Como ha ocurrido con otras tecnologías que albergan promesas de beneficiar al bienestar de los pueblos, la IA ya nos está mostrando que la carrera por el poder es lo que finalmente le dará forma a cualquier herramienta. Además de las especulaciones que podemos hacer sobre lo que la IA podría crear, la brecha tecnológica y de la información también agravará las desigualdades entre las personas, los grupos y los países más prósperos, y aquellos que son sistemáticamente despojados. Asimismo, el poder y los recursos están cada vez en menos manos. Ya no serán los estados los que mueven los hilos y pueden considerarse “potencias”. Seguramente, en poco tiempo, esa etiqueta será para corporaciones privadas que no están interesadas en proveer seguridad social o facilitar la redistribución económica y política.Ya en el ámbito ecuatoriano, el año cierra como uno de los más violentos de la historia. Hemos confirmado lo que suponíamos: casi no quedan ámbitos de la gobernanza que no hayan sido infiltrados por el crimen organizado local que a su vez obedece a las élites transnacionales del poder mafioso, patriarcal y racista. Las masacres carcelarias que deshumanizan a cientos de personas continúan, familias enteras y hasta infantes son violentamente exterminados. Los feminicidios aumentan sin control. La violencia xenófoba emerge como una forma execrable de responder al miedo al que viven sometidas las comunidades. Y en ese contexto, la espectacularización de la política, la justicia y la gobernanza, soslaya otras cuestiones de fondo, por ejemplo, la promulgación de una ley que privilegia en lo tributario y arancelario a las elites que ya acaparan recursos, y aplana el terreno para las privatizaciones y la precarización laboral. Ésta, previsiblemente, afectará en mayor proporción a las mujeres. Es tan vertiginoso el ritmo de los acontecimientos, que en cuestión de días olvidaremos lo está pendiente —incluso las cuentas por rendir del gobierno anterior, impopular e interrogado por sus posibles vinculaciones con redes de corrupción y mafias.Con estos ejemplos de los retos y obstáculos que se nos presentan, es muy difícil ser optimista. Pero quizá la primera forma de resistencia puede ser inmediata: rechazar la atomización y el hiperindividualismo exacerbados en las cámaras de eco de las redes sociales, crear y mantener espacios de deliberación colectiva y cuidados compartidos, salir de la zona de confort para construir comunidad. Seguirle el juego a los algoritmos que no solo nos venden cosas, sino que le dan forma a nuestras mentes, es arriesgarse a ser un mero ente consumidor, con debilitadas destrezas afectivas y pocas opciones para formar redes de solidaridad y auxilio mutuo. Frente a la pesadilla, reconocer que la autosuficiencia es un mito. Frente a la frustración, abrir el corazón y la cabeza a la posibilidad de cuestionar lo que creemos sobre el mundo y las causas del dolor y la desigualdad. Frente a la incertidumbre, la esperanza de que una conversación cómplice sea semilla de la imaginación revolucionaria.

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Lo que creemos saber del suicidio

¿Qué es lo primero que viene a nuestra mente cuando pensamos en suicidio?, la respuesta más común incluye una serie de trastornos mentales, desde depresión hasta bipolaridad, algunos lo atribuyen a decepciones amorosas o deudas impagables, pero hay poco conocimiento de los factores intrínsecos que llevan a una persona a tomar tal decisión. Los mitos se encuentran a la orden del día: “Quién se quiere suicidar no avisa”, “Solo las personas con trastornos mentales y débiles se suicidan” y de esa manera se pospone un análisis profundo y un tratamiento como problema de salud pública.  El Ministerio de Salud reportó a julio del 2023, que en el Ecuador, más de 1000 personas mueren al año por heridas autoinflingidas y se calcula que por cada suicidio registrado hay cerca de 20 intentos, cifras que nos llevan a pensar que hay mucho por hacer. Lo que creemos saber del suicidio está lejos de ser la realidad. Lo cierto es que cualquier persona puede sentir, en determinado momento de su vida, que pierde el sentido de la existencia y por tanto recurrir a la muerte como una solución. No necesita como requisito tener comorbilidades psicológicas o psiquiátricas, sino presentar una serie de factores que confluyan y se transformen en un riesgo para la persona.  Desde un enfoque psicosocial, el suicidio se plantea como la expresión de un acto individual gestado en la dinámica de esa persona con el mundo que le rodea, en donde pueden intervenir factores sociales en la construcción y significación del acto, tomándose en consideración los siguientes aspectos: Identificación de señales (advertencias), factores de riesgo y de protección, es decir, que para entender el suicidio habría que analizar estos factores individuales pero también el contexto social y cultural, la interacción del sujeto con su universo (barrio, trabajo, ciudad, país). En cuanto a la identificación de advertencias, no se trata únicamente de las más visibles, como el cutting, la planeación suicida o las despedidas como: testamentos o cartas a sus seres queridos, que por supuesto son de alto riesgo; sino también evidenciar aquellas que a veces son imperceptibles o hasta normalizadas en nuestro día a día, como por ejemplo un adolescente repitiendo que se va suicidar o que ya no quiere vivir, “a manera de broma”, puesto que las amenazas, gestos y palabras deben ser consideradas como un indicador de malestar, que de no ser tratado a tiempo podría desencadenar en ideación autolítica. De igual forma las expresiones verbales de desesperanza, impotencia, irritabilidad, tristeza, junto con otras alteraciones de la cotidianidad, tales como pérdida de sueño, disminución del apetito, bajo rendimiento académico o laboral y en la mayoría de casos, retraimiento social.  Las advertencias incluyen además de las expresiones verbales y comportamentales, la existencia de artefactos que puedan causar lesiones, finalmente, todo lo relacionado con las ideas de muerte, ya sea por medios escritos, dibujos, publicaciones en línea acerca de la muerte o el suicidio; escuchar música o visitar sitios web relacionados con el tema.  En cuanto a los factores de riesgo, tenemos una amplia gama de escenarios, desde la historia familiar, niñez, adolescencia, patrones de crianza, violencia intrafamiliar y ahora sí, tomar en consideración problemas psicológicos tales como depresión, ansiedad o algún diagnóstico médico o psicológico previo. La presencia de cutting, intentos autolíticos, consumo problemático de drogas y alcohol, cambios bruscos de humor y propensión a la impulsividad al momento de resolver problemas, son señales que también hay que considerarlas..  Finalmente, entendemos los factores de protección como los recursos de personalidad, familiares, económicos, ambientales, sociales, que ayudan a una persona a disminuir la propensión a desarrollar ideación autolítica o en caso de presentarla, tener un soporte adecuado para afrontar situaciones adversas. Lo que creemos saber del suicidio podría parecer insuficiente y para entenderlo hay que empezar por destruir mitos, cambiar la visión reduccionista del trastorno mental y dejar de cuestionar al sujeto por sus ideas de muerte, tildándolo de “flojo” o “de cristal” y en su lugar, preguntarnos como personas y también como sociedad si respondemos empáticamente a ese amigo/a, pareja, compañero de trabajo o familiar que nos necesita y puede estar sufriendo en silencio.  Una palabra cuenta, el acompañamiento reconforta, pero las acciones concretas salvan vidas.  1 MSP fortalece la Salud Mental Comunitaria e implementa estrategias para prevención del suicidio. 2 Carmona Parra, Jaime A.; Felipe Torbón Hoyos, Juan C. Jaramillo Estrada y Yuliana A. Areiza Sánchez. El suicidio en la adolescencia en la pubertad y la adolescencia. Un abordaje desde la Psicología Social. Medellín: Fondo Editorial Funlam, 2010.

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